viernes, 14 de enero de 2011

La triste historia de la pobre a

Érase una vez un niño de la clase de 5ºA que no se enteró que cuando separamos una palabra al final de una línea nunca puede dejarse sola una vocal. El niño escribió lo siguiente:
El otro día fui a la casa de mi a-
buela para jugar con mi primo.
¡Y la pobre a se quedó solita al final de la línea!
Como las vocales no saben estar solas al final de una línea la pobre a se perdió y desde entonces el niño nunca más pudo utilizar las a en sus oraciones.
Estos son ejemplos de oraciones que hizo desde entonces el niño:
El elefente comíe en le sebene.
Les niñes de mi clese son muy simpétices.
Y, por supuesto, sacó muy mala nota en Lengua. Y todo por olvidarse de una regla fundamental: nunca se debe dejar una vocal sola al final de una línea. ¡Que las vocales son muy indefensas, hombre!
Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
Jajajajajajaja.

4 comentarios:

  1. que wai esta el cuento jajjajajajajjajjajajaajajajajajajajajajajjaajajajajajajajajaj. adiós

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  2. maestro la verdad es que.................
    siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii

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  3. maestro no me vale lo de apolo y dafne y lo e intentado y no vale y yo no lo voy hacer
    Noemí Benítez Galán

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  4. Que guayyyyyyyy jajajajajajajajajajajajajajajajajjajajajaj pon mas cuentos adiós

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